Concordia y sus Villas Italianas

 Doña “Juana Sarriegui de Isthilart”

Una mujer comprometida con la sociedad.

En la década del 50, Urquiza y Benjamín Virasoro, se entrevistaron en Concordia y acordaron una acción conjunta, contra Juan Manuel de Rosas.

En ese contexto histórico nace Juanita, en el seno de una familia aristocrática de la ciudad.

Corría el año 1859, a 28 años de la fundación de Concordia. a fines del siglo XIX.

Una niña formada e instruida por los mejores maestros y profesores de la época.

En un tiempo donde se unían las familias para mantener las ascendencias ilustres y poderes económicos.

En 1881; Juana Sarriegui, de 22 años; es presentada a Domingo Isthilart, un hombre que hizo su fortuna, y logro su lugar en la sociedad con trabajo y su carismática personalidad.

Domingo, conquista a Juana con sus atributos de poeta francés, se enamoran y comienzan una historia de amor y compromiso.

En tiempos en donde todo quedaba lejos y la distracción era disfrutar de los paisajes, la flora, los pájaros y las eternas charlas.

Ese mismo año que fueron presentados se casan y comienza una corta pero intensa historia de amor y logros.

Ella con 22 años y Domingo de 32 años, formando así un hogar que acrecentó su significación social.

Tuvieron 4 hijos, Juan, nacido aproximadamente en junio o julio de 1882, Flora (nacida en 1885), Adela (nac. 1890) y Amelia (nac. 1894).

No todo sería lujos y romance, su primogénito Juan, fallece a los quince meses de nacido, producto de la tuberculosis.

Una enfermedad infecciosa que se transmite por el aire, la cual arraso, causando muertes sin distinción social.

Juana queda inmersa en un profundo dolor que la lleva a hundirse en la oscuridad de la tristeza, lo único que los salva para salir de tan tremendo dolor fue acercarse a Dios.

Con el paso del tiempo forma parte y luego dirige un grupo de mujeres dispuestas a realizar trabajos de ayuda social desde la capilla de Pompeya.

Allí comienza una intensa labor de una mujer fuerte en tiempos de a caballo, carretas y mucha tierra, donde los más necesitados la reconocían por su gran corazón y amor para con el prójimo.

Más tarde integra la Sociedad de las Damas Patricias, realzando así sus obras de ayuda social.

22 años juntos, el matrimonio de Doña Juana y Don Domingo, dedicado a la familia y a la tierra que los vio crecer.

En pleno crecimiento familiar y con mucho por seguir haciendo, llego el final menos pensado, a corta edad, a sus 44 años, en el nuevo siglo, muere Juana.

La mujer que dio su vida por los más necesitados, no se conocen los motivos de su deceso. Lo cierto es que fue antes del casamiento de Flora, su hija mayor.

El apellido Isthilart se pierde ya que no tuvo descendencia masculina, el único varón, Juan, muere a los quince meses de nacido. Sus restos descansan en el cementerio viejo de la ciudad.

Sus hijas contrajeron matrimonio con jóvenes pertenecientes a la aristocracia local: Flora con Moisés Bautista Ortelli en 1907, Adela con Joaquín Comas y Amelia contrae matrimonio con Martín Andrés Caminal.

Doña Juana ya casada con don Domingo, integra la Sociedad de Damas Patricias, realzando así obras de caridad hasta su fallecimiento.

Es su hija Flora que, junto a su padre, quien después de la muerte de su madre continua su legado de beneficencia. Y es idea de ellos la construcción del Hogar de Ancianos “Juana Sarriegui de Isthilart”. En homenaje a ella por todo su trabajo en las Damas Patricias.

Los terrenos son donados por Don Domingo, además de la supervisión y construcción e instalación y amueblamiento. Cuando está terminado y ya funcionando es donado al ministerio de salud de la Nación.

Para hablar de la historia del Hogar de Ancianos “Juana Sarriegui de Isthilart” tenemos que trasladarnos al año 1918, año en que un relevamiento realizado en la ciudad muestra muchos casos de tuberculosis y de ancianos en situación de calle.

Ante esta situación un grupo de mujeres, pertenecientes a la Damas de la Liga (integradas por hijas y esposas de hacendados y hombres de gran fortuna de la ciudad). Iniciaran obras y trámites para la instalación de un Pabellón de tuberculosis, "Hospital Coch", hoy Hospital “Dr. Ramón Carrillo”. Este pabellón fue construido en terrenos donados por don Domingo Isthilart e inaugurado en 1931.

El hogar de ancianos nace como una iniciativa de Flora Isthilart y su padre Domingo. Es el propio Isthilart quien financia la construcción del edificio y luego su equipamiento completo, gesto altruista el cual era muy conocido por la población concordiense.

El lugar elegido para el hogar es el sector suroeste de la ciudad. Isthilart compra los terrenos delimitados por las actuales calles Sargento Cabral al norte, Güemes al sur, Nieves al oeste y Av. Isthilart al este. Este lugar fue elegido por su lejanía de la ciudad, siendo un sitio tranquilo para el descanso de los ancianos y el paisaje que brindaba, por aquel entonces otorgaba el verde que rodea al arroyo Yuquerí Grande y el puente Alvear.

De esta manera en el año 1932 se culmina la construcción y en 1934 el hogar es inaugurado como Asilo para Ancianos “Juana Sarriegui de Isthilart”, en honor a su esposa fallecida.

Durante los primeros años será mantenido con aportes de la familia Isthilart, ya que el aporte que el estado brindaba era muy escaso. Dependía del departamento Nacional de Higiene.

En 1943 este departamento se convierte en Dirección Nacional de Salud Pública y Asistencia Social, luego en Secretaria de Salud Pública, para finalmente ser Ministerio de Salud, siendo Ramón Carrillo su primer ministro. Se cambia la denominación "Asilo por Hogar", y dado el giro social que tenían las nuevas políticas públicas, el hogar pasa tener mayores aportes para su mantenimiento, en los 90 es transferido de nación a provincia y hoy es denominado “Hogar Gerontológico JUANA SARRIEGUI DE ISTHILART”.

“Un lugar en el mundo para aquellos que están solos, en honor a Juana… una mujer entrerriana que no permitía que nadie lo estuviese”.

Diego Atilio Miño

Director del museo Isthilart

Coordinador responsable del hogar gerontológico “Juana.S.de Isthilart".

Redacción: Prof. Diego Miño

Prof. Claudia Sanabria

Artículo de la Revista Museos de Concordia – Ed. Marzo 2021.

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